jueves, diciembre 07, 2006

LOS ELEMENTARIOS

Observé a Ka detenidamente, y tomé notas sobre él, en los primeros tiempos, en el otoño del año 1986. Tomo notas de todos aquéllos que conozco, pero esto es especialmente conveniente en el caso de los Elementarios; en ellos, la más pequeña variación de carácter, la más mínima contradicción, pueden significar la presencia de un fallo o de un peligro. Así fue con Ka, a quien creé en el transcurso de una tarde solitaria de aquél otoño, simplemente para que me hiciera compañía. A grandes rasgos, la creación de un Elementario se lleva a cabo de la manera siguiente: cogiendo tierra y agua, el creador ha de dar forma a una figura de barro que cocerá luego en un horno especial al que irá añadiendo, en momentos muy determinados y de una manera concreta que no voy a revelar, diversas sustancias y materias procedentes de su propio cuerpo, materias tales como sangre, esperma, recortes de uñas, cabellos, trozos de piel muerta, lágrimas, y otras. Terminado el proceso de cocción, el creador ha de soplar fuertemente sobre la figura, que (si todos los pasos de la operación han sido ejecutados correctamente) se verá dotada de este modo de sentimientos, razón y vida. Fue así como yo creé a Ka, y lo hice más fuerte y más hermoso que yo mismo. También más malvado (pero lo correcto sería decir: más peligroso). Los Elementarios son seres muy poderosos, con una capacidad de aprendizaje casi infinita, y pueden volverse rápidamente contra su amo si no se toman precauciones. Hay unas reglas básicas. Primero: un Elementario ha de ser creado para una tarea específica y lo más concreta posible. Cuanto más general sea la tarea, más posibilidades existen de que el Elementario tome conciencia de sí mismo y se revele. Segundo: ha de evitarse a toda costa que el Elementario entre en contacto con otros seres sin el control del que lo ha creado. Uno ha de asegurarse de que el lugar donde se esconde al Elementario no podrá ser descubierto por nadie. Las nociones ordinarias de Bien y Mal no sirven para los Elementarios. Un Elementario es bueno en tanto en cuanto cumple la tarea para la que ha sido creado, ciñéndose a ella con precisión. Si por accidente o descuido el Elementario entra en contacto con otro ser ajeno a dicha tarea, podría muy fácilmente llegar a la noción de libre albedrío, lo cual formaría de manera automática en su mente la idea de rebelión. Tercero: una vez realizada la tarea para la que fue creado, el Elementario debe ser destruído sin vacilaciones. Si dicha tarea es de una naturaleza tal que requiere el paso de un espacio prolongado de tiempo, las precauciones expuestas más arriba son, por razones obvias, doblemente convenientes.

Me averguenza confesarlo, pero con Ka yo incumplí minuciosamente las tres reglas básicas, y de una manera tan catastrófica, que sin quererlo permití que Ka se convirtiera en el primer Elementario del que se tiene noticia de que ha accedido al secreto de la creación de Elementarios. Hasta entonces, la posibilidad de que un Elementario crease a otro no pasaba de ser una especulación ociosa con la cual los que sabemos gustábamos de espantar las tardes aburridas. Ka -lo digo con una mezcla de espanto, admiración y orgullo- transformó esa posibilidad en certeza. Lo supe una noche de orgía, cuando al llegar borracho a mi casa encontré a Ka mirando fijamente la puerta del horno del cual unos pocos meses antes él había surgido. La puerta se abría cautelosamente, y en la penumbra del interior del horno contemplé por vez primera el rostro aniñado de Lasnait, Elementario creado a partir de las materias orgánicas de Ka, que a su vez había nacido de las mías propias. Su extraño parecido a mí me hizo dar un respingo. Dominando los escalofríos pregunté a Ka qué había hecho; lo reprendí con voz autoritaria, fingiendo una seguridad que estaba lejos de sentir. "No te molestes, padre" me dijo él (y no pude evitar notar la ironía con la que pronunciaba la palabra padre) "aquí tu nietecito ha venido para quitarte de enmedio, y después tendré el gusto de enterraros juntos".

Me fatiga recordar estas cosas, y el mensaje que recibí de Ka ayer no me ha dejado dormir esta noche. Me pregunto si Lasnait y él están juntos. Me pregunto si el pentagrama de protección que me hace invisible a sus miradas puede dejar de funcionar; entonces darían con mi paradero.

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