lunes, diciembre 11, 2006

LUNES...

He pasado el fin de semana reparando el pentagrama de protección que, como yo había sospechado, estaba levemente resquebrajado. Ahora debo averiguar por qué.

Nadie sabe por qué el pentagrama de protección se llama así. Lo cierto es que ni siquiera tiene forma de pentagrama. Puede o no puede tratarse de un objeto; he oído de pentagramas de protección que incluso prescindían de soporte físico. Funciona como una especie de ámbito dentro del cual no puedo ser percibido por mis propias creaciones ...algo así como el silencio de Dios que nosotros sentimos aquí en la tierra, pues se podría definir al hombre como el Elementario de Dios, que se oculta tras Su silencio del mismo modo que yo lo hago tras mi pentagrama de protección (quien no crea en Dios puede considerar esta frase como una simple metáfora).

Pienso en Lasnait: ojos traviesos, sesgados por una sonrisa de chacal adolescente, hay algo furtivo en él. Ka lo hizo nocturno, astuto, con alma de depredador. Una versión todavía más viciosa de mí mismo...

Mi vida se está volviendo tan extraña que ya no sé si he de considerarme afortunado o desgraciado. Soy homérico, tal vez uno de los últimos hombres homéricos que existen. He tenido la inmensa fortuna de encontrar en el mundo a mi compañero divino, el adolescente intachable que el Destino envía para confortar y asistir a los héroes, entre los cuales me cuento. Mi madre era una diosa, mi padre un albañil. Pero mi compañero se encuentra a miles de kilómetros, separado de mí por un mar de trámites burocráticos y leyes estúpidas con las cuales los abogados, los políticos y demás ralea gustan de llenar sus necias panzas. Esa panda de arrogantes imbéciles, cuyo poder haría palidecer de miedo al mismísimo Aquiles, han adocenado hasta tal punto el espíritu humano que a menudo pienso que todo lo que me rodea no es real, sino fruto de las alucinaciones provocadas por un demonio maligno y particularmente idiota. Siento entonces deseos de acabar con mi vida de una vez por todas; y sólo la esperanza de volver a ver algún día a mi amigo me detiene.

De todas formas, he de decir que hoy Pinochet duerme en las praderas inmóviles del país de los muertos. ¿No es maravilloso? Pero ha muerto de viejo, rodeado de los suyos. Así esta época honra a los déspotas y a los asesinos...

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