miércoles, diciembre 31, 2008

Estimados amigos: He estado lejos, muy lejos, más lejos de lo que ningún hombre ha estado. He visto al amor sonriendo entre las rejas de la ventana de un manicomio estatal en Tetouán. He visto las manos del Levante arrancando de cuajo una palmera más vieja que mi alma. He visto el brillo ebrio de los ojos en la música de una lámpara de gas.

Estoy en la ciudad roja. Tengo que dejar todo atrás, y empezar otra vez, en la ciudad roja.

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